Río Chiquito, Santiago Jocotepec, Choapam, Oaxaca
La educación debe ser primordial para la niñez, para adquirir conocimientos que ayude a seguir en el camino de la verdad. Fomentar espacios de lecturas, abonar a la inclusión social ante algunas situaciones que emergen actualmente en las comunidades rurales.
Mi nombre es Isidra Jerónimo del Valle, tengo 27 años. Soy egresada del Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA) del Sistema Universitario Jesuita, en la Licenciada en Administración y Desarrollo Sustentable en el 2018.
En agosto de 2018 realicé mis prácticas profesionales en el ISIA, en el área de Desarrollo Sustentable, en donde pude colaborar con actividades agroecológicas con enfoque intercultural, sustentable y comunitario. Así mismo, colaboraré en la planeación y ejecución de las estancias comunitarias que se llevaban a cabo en las comunidades rurales por parte de la universidad.
En mayo de 2019 a enero de 2020 trabajé en una sucursal de una empresa mexicana, donde primeramente fui Encargada del Departamento de Abarrotes y Atención a Clientes, posteriormente ascendí como Jefa en el Departamento de Consumos Internos.
En febrero de 2020 a enero de 2021, colaboré con CIAS por la Paz A.C y el Municipio de Celaya, Gto., desde el Departamento de Desarrollo Social, para el Proyecto de Reconstrucción del Tejido Social (PRTS). Fungí como Asesora en Economía Social y Solidaria, donde realicé diversas actividades con enfoque de la Economía Social y Solidaria (ESS); y formé grupos de personas para el trabajo comunitario, entre ellos, el Grupo de Autoahorro y Préstamo (GAAP) – Mujeres Vicentinas Ignacianas.
Después de haber estado en otros territorios y recordar el principio de la universidad donde me había formado profesionalmente, decidí regresar a mi comunidad y empezar a trabajar para un bien social. Por ello regresé a mediados de febrero de 2021, por la situación del COVID 19 que emergía en el mundo.
La educación, fue un sector seriamente perjudicado por esta enfermedad que nos llegó. Empecé a apoyar a algunos infantes de mi comunidad con sus tareas escolares desde preescolar, primaria y uno que otro de telesecundaria. Desde esta experiencia, me di cuenta de la carencia de materiales de ayuda a los niños para comprender y saber desenvolverse con las lecturas, por eso, me vi en la necesidad de apoyar y buscar formas para instalar una Biblioteca para todos y todas.
A inicios de marzo de 2021, con el propósito de realizar un cambio a las actividades comunes en mi comunidad, y con la finalidad de apoyar a quienes verdaderamente son y serán los pilares en un futuro -la niñez y la juventud-, me comprometí de una manera transparente para realizar la gestión de muebles y materiales con diferentes instituciones, profesionistas, amistades y conocidos para la instalación de una Biblioteca Comunitaria.
En ese lapso el ISIA me invitó a un diplomado, y en las presentaciones de proyectos de cada participante, me tocó dar a conocer mi trabajo sobre agroecología, pero, además comenté mi proceso de implementación de una biblioteca, a partir de la necesidad que vi al trabajar con más de 25 niños y niñas en el acompañamiento de sus tareas escolares. Ante lo expuesto, un docente me propuso que solicitara apoyo con el ISIA, ya que tenían muebles que podrían servir para mi Biblioteca, seguí el proceso, y felizmente mi solicitud fue aprobada.
En la comunidad, un tío mío me donó un librero, con este material empecé a exhibir libros que ya contaba en casa, al igual de algunos que una docente de la UNAM me había donado. Recuerdo que el 30 de abril 2021, día del niño, hicimos una pre-inauguración, este evento lo realicé en el patio del solar de mi madre.
El proceso fue de manera personal, pero con apoyo de diferentes actores que me ayudaron a impulsar este proyecto. Aún no comentaba nada con las autoridades de la comunidad, o personas de la comunidad para que se involucraran, por una sola razón, deseaba entregar resultados congruentes sin intermediarios, es decir, lo que se hace desde el compromiso no debe ser aprovechado para quitar a los que no tienen. Por ello, el día 03 de junio de 2021, el ISIA donó 9 mesas de lectura de madera y 15 sillas. A la par, el Centro Educativo Salesiano “CECACHI DON BOSCO”, aportó donación de alrededor de 80 libros de diferentes géneros. Así también, algunos padres de familia aportaron totopos como modo de agradecimiento por el apoyo recibido.
Posteriormente, la Maestra Sonia Briseño Viloria, docente de la UNAM de CDMX, donó aproximadamente 85 libros de diversos temas, esta donación se hizo en diferentes fechas; 23 de marzo, 3 de julio y 01 de agosto del presente año.
Por otra parte, profesionista y diferentes personas independientes, donaron más libros, por lo que suman aproximadamente 245 ejemplares existentes en la Biblioteca. Y como última donación recibida fue, el 27 de octubre del presente año el ISIA donó; 3 computadoras hp, 6 revisteros de madera, 1 anaquel color blanco de fierro y una cortina para proyector, todos en segundo uso. Fue así que la gran parte de los equipos y materiales existentes en la Biblioteca Comunitaria, son donados.
En un inicio, los meses marzo, abril, mayo y junio, el plan era construir una casita como Biblioteca, era un proyecto que figuraba símil al del ISIA, un espacio privado de acceso público. Quería instalarlo en el terreno de mi mamá, pero que todos puedan tener acceso. Algunas personas decían que, por experiencias sobre este tipo de proyectos, tendría que dirigir bien, para que no se lo adjudique alguien más en un futuro, ya que no había alguna persona de la comunidad que me estaba apoyando en la gestión. Sin embargo, reflexioné sobre lo que estaba proponiendo como una Biblioteca Comunitaria, tenía que comprender lo “comunitario”.
La lógica comunitaria es que el proyecto fuera aprobado por la comunidad general, por eso, decidí, antes de construir el espacio para la Biblioteca, ceder este proyecto al pueblo, aunque para eso se tendría que constituir un comité para que esto siguiera adelante.
Ante la Asamblea Comunitaria celebrada el 09 de julio de 2021, presenté esta propuesta con la claridad de todo el proceso realizado sin intereses políticos, financieros o personales. Así mismo, se compartió que después de la instalación se tendría que formar un comité en un lapso no mayor de seis meses, es decir, antes de los 6 meses después de instalación, se deberá contar con un comité para la Biblioteca.
En acuerdo de asamblea, con las autoridades y pueblo presentes, se desidió que la biblioteca comunitaria se instalara en un espacio de la Agencia Municipal. Una vez aprobada esta propuesta, el compromiso que asumí fue estar frente a este proyecto realizando más gestiones, y con la libertad de que los demás puedan integrarse.
A partir del 19 de julio formalmente se abrió un espacio como Biblioteca Comunitaria de Río Chiquito. Mi compromiso fue que a partir de la fecha de instalación hasta finales de febrero del 2022 terminaría mi servicio como voluntaria, y desde la distancia cumpliré con lo que la comunidad disponga.
Oficialmente, en una asamblea celebrada el 26 de noviembre de 2021, donde eligieron las autoridades municipales, también se nombró el comité para la Biblioteca Comunitaria, conformado por un presidente, un secretario, un tesorero y 4 vocales. Mientras tanto, sigo cumpliendo con mi compromiso, para que el comité se vaya integrando al proceso de gestión de la biblioteca comunitaria.
El proyecto de la Biblioteca Comunitaria, es para todo el pueblo, el acceso no es exclusivo a estudiantes, mas bien un espacio donde el pueblo en general puedan desenvolverse con lecturas que les permita abrir sus mentes.
Este proyecto abre caminos para los demás que vienen desde abajo. Un proyecto que desde sus inicios fue impulsado y posibilitado por los padres de los infantes que confiaron en mí y apoyaron esta propuesta. Gracias quienes están y estuvieron para que esto fuera posible.
Segura de que esto será totalmente en beneficio de toda la comunidad, deseo firmemente que los presentes, quienes me leen, especialmente jóvenes pudieran tomar esta experiencia para romper las barreras que se nos imponen al momento de querer realizar un cambio social e incluyente para todos.
Agradezco a los docentes, instituciones, amistades, contactos, y diversas personas que apoyaron a este proyecto. Gracias a jóvenes y personas de mi comunidad que dieron su granito de arena para poder solventar algunos gastos que se requirieron.
Extiendo la invitación a quienes tengan el agrado de seguir apoyando este proyecto, donen más libros y diversos materiales que pueda ayudar a crecer esta biblioteca comunitaria.