Paola Angela Vásquez Canseco
4 semestre CDS

 

Era un fin de año normal, 2019, todos nos divertíamos y bailábamos al son de las chilenas, así como es costumbre, nunca nos detuvimos a pensar que era el principio de algo que jamás imaginamos vivir, fue la última fiesta donde estuvo casi todo el pueblo reunido, recibiendo un año nuevo y junto con ello una ¡pandemia!...

No éramos conscientes de lo que abarcaba esta palabra, más bien ni se mencionaba aún, para ser exactos se escuchaba o se empezaba a ver en redes sociales o medios de comunicación, algo que se trataba de un virus, una enfermedad en vías respiratorias, que parecía solo una tos y lo que se sabía había empezado en China.


¡Bienvenidos al 2020!, empiezan a ser más mediático el tema, las noticias sobre este desconocido virus, nadie sabe exactamente de qué se trata, hay muchos rumores sobre esto, no es creíble, los memes se convierten en el consumo favorito dentro de las redes sociales, covid-19 es como se nombra al nuevo virus, poco a poco esto va cruzando fronteras, y de repente nos invade.

¿Políticas del gobierno?, ¿el fin del mundo?, preguntas frecuentes que se escuchaban en las conversaciones, bromas sobre el tema, las charlas después de la comida eran las mismas en cada mesa del comedor dentro del ISIA, reflexionando sobre lo que se empezaba a vivir, en ratos libres era lo que en los pasillos resonaba el tema del día, covid-19.

En el pueblo de Jaltepec de Candayoc, el semestre en el Instituto Superior Intercultural Ayuuk comenzó normal todos asistían a sus aulas, a clases, pasaban los meses y aun se sentía esa tranquilidad, pero…llegó Marzo y con ello los estudiantes del ISIA, esperaban con ansias sus vacaciones de semana santa, al igual que en todas las escuelas del país, pero ahora el pánico se empezaba a sentir, las vacaciones se tuvieron que adelantar y probablemente también se tendrían que extender; se notaba la preocupación por el personal docente, y uno que otro alumno, tendrían que ir a sus casa lo más antes posible, antes que el transporte se viera afectado, ¿por qué afectado?, simple y sencillamente porque el virus se expandió, una pandemia se apoderó de nuestro pequeño mundo, y por prevención esto sucedería.

El acceso a las comunidades era posible que se suspendiera, por los acuerdos comunitarios y para cuidar a la población, la pregunta era ¿y si ya no me dejan entrar a mi pueblo?. Antes de que esto suceda, empaca tus cosas, toma tus llaves, cierra tu cuarto, y dirígete a tu casa. Fue la respuesta inmediata de muchos estudiantes incluyéndome.
Nos dirigíamos a nuestras casas, esto para evitar estar en lugares públicos y para pasar con la familia esta situación que creíamos en unas semanas tendría solución.

Al llegar a casa, sientes ese amor hogareño, no conoces el miedo que te invade al estar lejos y sigues en duda, en fin estas en casa, ¿qué te puede pasar?, eres libre, en tu pueblo puedes ir y venir, respiras el aire fresco, platicas con la vecina, el amigo, la abuelita que te encuentras al caminar, abrazas libremente, puedes salir a jugar una cascarita de fútbol o basquet, en la calle, planeas una ida al rio, visitas a la familia, innumerables cosas que se disfrutan en el pueblo, lejos del peligro. 

De repente un correo llega, es del coordinador académico, y lo que más resuena del texto es: “las clases se estarán llevando de manera virtual, los respectivos docentes se estarán poniendo al contacto con ustedes”, un eco fuerte rebota, el mail continua:”las clases presenciales se suspende hasta tal fecha...”, eran los correos que se recibían. Cada quien en su pueblo, muchos con acceso a internet otros no, pero se tendría que buscar la manera de tomar las clases en línea, es desesperante, nunca coincidimos para conectarnos, lo mejor era que dejarán el trabajo y se programará una fecha de entrega, y es así pudimos continuar con el semestre hasta que llegó a su fin el pasado 19 de junio.

Las cosas llegaron lejos, esa libertad que se sentía, de pronto, la tristeza invadió al pueblo, y por más que se diga que en un pueblo no afecta la realidad es otra, personas preocupadas viven con el miedo, ya sea por tener un familiar lejos o simplemente porque sienten ese temor a enfermarse, los accesos se empiezan a cerrar, en las noticias y en todo lo que consumimos es: las muertes por el covid-19 van aumentando.

PaoLa preocupación entre dudas, miedo, indignación surge, y al mismo tiempo el enojo. Ante esta situación se van creando diversas opiniones “enojo ante el gobierno, ¿cómo es posible que mientras nos meten en pánico, y nos quieran mantener encerrados, ellos sigan su vida nrmal?, recibiendo un salario y del pueblo no se acuerdan, vendiendo cuanto comercial se les ocurra. 

“Esto es lo que pasa por ser unos malos hijos de Dios, y se vienen cosas peores lo dice la Biblia, las palabras de nuestro señor se están cumpliendo”, son una de muchas expresiones que se dan por la situación, los anuncios se hacen más presentes, “quédate en casa”, si es una buena solución y debemos acatarnos a lo que se pide, pero el quédate en casa abarca mucho, todos tienen que tener un sustento para sus hogares, el internet con el que tienen que estudiar la niña o el niño no se va pagar solo, el recibo de luz no será suspendido, nuestras tierras no producen lo suficiente, pero si es una oportunidad de pensar las cosas y valorar lo que se tiene, y lo que nuestra madre tierra nos provee aún, pero acaso, ¿no, nos damos cuenta el daño que le hemos venido causando.

La tierra es poco fértil, en estos meses que no podemos salir no será suficiente para remediar lo dañado, o será que por eso ¿esto cada día se alarga más?, para que tengamos el tiempo y tomemos la conciencia de hacerlo, mientras tanto tenemos que esperar.
Esa angustia que se siente al saber que eras libre de nadar en el rio de tu pueblo y ahora no podrás ir, por tu bien es mejor quedarte en casa, tantas cosas se han dejado de hacer, y hasta donde ha llegado el miedo de las personas y la duda ante el gobierno, ya no se cree, todo esto es con un fin político, muchas personas lo murmuran y si tal vez se tenga razón y por esas acciones de política el pobre pueblo padezca también la situación, si se trataba de potencias contra potencias, pasaron a jodernos a nosotros también.

Nuestra forma de vivir ha cambiado, todo prácticamente se hace desde casa, desde casa se vive con esa preocupación, por que aunque se quiera cumplir con lo que se pide no se puede, alguien tienen que salir para traer el sustento, arriesgando su vida con tal de llevar un taco a la mesa de la familia. No se puede ir tranquilamente al pueblo más cercano, en el transporte solo se permite cierto número de personas, ahora el llevar cubre bocas es obligatorio, tal vez tendremos que comprar nuestro oxígeno, que tristeza llegamos a donde jamás pensamos.

Pao2En fin, aquí seguimos sin perder la esperanza, y con la certeza que todo pasará, entre temblores, y cosas que la madre naturaleza nos mande, aquí estamos, de pie y luchando día a día por salir de esta, con ganas de ver un nuevo amanecer, y esperando el día para ir libremente a donde queramos, retomar nuestro camino y comenzar de nuevo. Con una experiencia más y muchos motivos para salir y enfrentar lo que venga.

Back to top