Soy Carlos Santiago Lucas, curso la licenciatura en Administración y Desarrollo Sustentable, en cuarto semestre, en el ISIA, escribo desde la cuna que me vio nacer y crecer, soy originario del Ejido Lázaro Cárdenas, pueblo mixteco, de grandes esperanzas y de maravillosas personas.
Son tiempos difíciles, al principio lo que parecía algo no tan relevante en nuestro país y comunidades, se convirtió en una nueva rutina para todos los mexicanos, es algo que debimos asimilar, enfrentar y a sobrellevar.
Desde las primeras noticias de la pandemia en México, la institución tomo medidas de suspensión, para la protección de todo el alumnado y personal que en ella radica, no ha sido una tarea fácil, puesto que, muchos de los estudiantes del ISIA, proceden de comunidades donde existen limitaciones, estás van desde la falta de energía eléctrica estable hasta el uso limitado del internet.
Las clases, tareas y actividades pasaron a ser a distancia, una nueva modalidad a la que todos nos tuvimos que adaptar, y que tanto para docentes y estudiantes, representa un nuevo reto, pero no algo imposible, ya que ambas partes, ponemos lo mejor de cada uno para lograr terminar este camino.
Cuando se tomaron estas medidas, tuve que volver a mi comunidad, donde hasta hoy en día me encuentro radicando, me lleno de facilidad volver a ver a mi familia, estar con mis padres y hermanos, convivir con mis tíos y primos, aprender de mis abuelos, recorrer las calles y las parcelas, ir al río por las tardes, puesto que el contacto con mis seres queridos y con la naturaleza, ayudaron a mitigar la situación actual.
Cuando escuche noticias sobre las medidas que algunas comunidades habían tomado en respuesta al COVID-19, pensé en el impacto que esto tendría en mi comunidad, ¿cómo lo asimilaría?, ¿qué medidas tomaría?, sin embargo, hasta hoy en día, mi comunidad sigue con su vida normal, no optamos por un cierre total, era muy común el haber visto personas de mi comunidad, llenarse de familiares que se encontraban lejos, y que habían retornado a sus orígenes, sabíamos lo importante que era mantener unida a la familia en estos tiempos, eso después de no haberse visto en un largo tiempo.
Personalmente, he tomado este tiempo para reflexionar y aprender, poner en practica todos los nuevos conocimientos que, junto con mis compañeros, a los que extraño mucho, hemos aprendido en la licenciatura. algunos días, cuando no estoy con tareas, me dedico a sembrar algunas huertas en el patio de mi casa, para el consumo del hogar.
Soy hijo de una maravillosa mujer, mi madre es enfermera, y a veces me siento algo nostálgico al ver a mi madre partir a su trabajo, pensando que un día no podrá volver por la situación actual, pero sé que ella trabaja con pasión y dedicación, y que cada día que ella sale de casa, está ayudando a las personas, y eso me inspira.
Tal vez, cuando todo esto termine, hayamos aprendido a valorar la vida, la naturaleza, a las personas que nos rodean, e incluso a uno mismo, invitando así a repensar la forma de nuestro vivir, construyamos nuevos caminos y senderos, no todo está perdido, mientras algunos ven un fin, otros vemos un nuevo inicio.