Comprendernos y comprender el mundo
Estamos viviendo momentos extraños, una cosa pequeñísima, el virus, ha detenido al mundo. Sabemos que es una cosa que llegó para quedarse y que en nuestras actuaciones parece más fuerte el miedo que la inteligencia. Tenemos que imaginar las maneras en que vamos a convivir con esa cosa pequeña el tiempo que sigue. Porque no podemos vivir encerrados en casa, con cubrebocas y guardando distancia, no es propio de lo humano; pero, por otra parte, sabemos que el cuidado de todos por todos es indispensable para seguir conviviendo. Usemos la inteligencia para lograr este cuidado y la mejor de las convivencias entre nosotros y todo lo que nos rodea.
Dicho esto, les doy la bienvenida a este nuevo período universitario de otoño de 2020, con ustedes alumnos, la universidad tiene sentido y cobra vida. Agradezco a las autoridades comunitarias en esta su universidad, es para nosotros muy importante comprender el mundo que habitamos en, desde y para la comunidad.
Una pregunta que me ha rondado estos días es cómo hacer la universidad, como ser universitarios.
Creo que es común, porque así nos han enseñado, cuando estamos en clases, ya sea en el salón o haciendo algún trabajo o tarea, que actuemos, digamos o hagamos las cosas, en función de lo que creemos que el maestro quiere de nosotros. Les puedo asegurar que el buen maestro no desea que hagan las cosas que ustedes creen que él quiere que hagan, sino proponer acciones y referentes que les ayuden a saber qué es eso que ustedes quieren. Lo que ustedes hagan construye su persona y su vida.
Por eso, los invito a que se empeñen en descubrir quienes son cada uno de ustedes y que sean ustedes mismos siempre y con insistencia. Si los trabajos, las tareas, las reflexiones los aprendizajes los hacemos desde lo más hondo de nuestro sentir y pensar, si en eso vemos nuestras propias búsquedas, nuestras pasiones, aquello que queremos comprender y aquel o aquella que queremos ir siendo, estaremos siendo universitarios, estaremos haciendo universidad y vida.
Por otra parte, en nuestro derredor suceden cosas que nos afectan, nos damos cuenta cuando suceden. A veces sabemos que algo puede suceder y que nos afectará de una manera que no deseamos y entonces hacemos algo para evitar que suceda, lo mismo cuando sabemos que algo nos puede afectar de manera positiva. Bueno, pues en la universidad se piensa el mundo, el país, el estado, la comunidad, la familia, la naturaleza, el territorio y todo lo que nos rodea. Lo que sucede en estos entornos nos afecta y es común que no tengamos dispositivos ni mecanismos para comprender lo que está sucediendo y el modo en que nos afecta. Es entonces que las cosas que suceden nos llevan y nos hacen una vida; es decir, la vida, la nuestra, no la decidimos ni construimos nosotros, sino que nos la hacen y construyen esas cosas que suceden. El caso más claro es este virus que llegó para quedarse y que nos ha afectado en muchos sentidos, pero también las fuerzas del mercado y del capital nos definen la vida sin que hagamos nada por impedirlo. En la medida en que nos empeñamos en comprender lo que sucede, en comprender las cosas del mundo que nos resultan importantes o apasionantes e imaginamos las maneras en que podemos actuar para que no suceda aquello que nos afecta negativamente y sí aquello que nos afecta positivamente, en esa medida estamos haciendo universidad. Atendamos lo que sucede, evaluemos críticamente si es lo que construye un mundo mejor y actuemos en consecuencia.
Así pues, el quehacer universitario tiene que ver con comprendernos a nosotros mismos, cómo somos, qué queremos, de qué manera somos nosotros, quienes somos y no lo que otros quieren hacer de nosotros; además, con comprender el mundo que habitamos atendiendo lo que sucede y mueve el mundo para intervenir cuando eso que sucede no resultará en un mejor mundo, en una mejor convivencia e imaginando y haciendo lo necesario para que suceda ese otro mundo más deseado. Para lograrlo es preciso observar, escuchar, percibir, experimentar, estudiar, reflexionar, conversar y acordar con otras personas acciones para proponer mundos mejores. Dígase cada uno de ustedes qué es aquello que quiere comprender de este mundo, aquello en lo que pondrá su vida entera y haga de eso el centro de su hacer universitario. Muevan la universidad desde eso que quieren comprender.
Bienvenidas y bienvenidos a su universidad
Francisco Morfín Otero